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EL GATO EN LA HISTORIA
Descubre la increíble historia del gato, desde sus orígenes como deidades en el Antiguo Egipto hasta su lugar como adorados compañeros en nuestros hogares. Un viaje a través del tiempo lleno de curiosidades felinas.
Los gatos, esos misteriosos y elegantes compañeros que comparten nuestras vidas, poseen una historia tan rica y fascinante como su propia naturaleza. Lejos de ser una simple mascota, el gato ha caminado junto a la humanidad durante milenios, dejando una huella imborrable en diferentes culturas y civilizaciones. En este artículo, te invitamos a embarcarte en un viaje a través del tiempo para explorar la increíble historia del gato, desde sus orígenes hasta su lugar actual en nuestros corazones.
El Gato en el Antiguo Egipto: Venerado como una Deidad
La historia del gato comienza en el Antiguo Egipto, hace más de 4,000 años. En esta civilización, los gatos eran venerados como seres sagrados, asociados con la diosa Bastet, la deidad de la protección, el amor, la armonía y el hogar. Bastet era representada con cuerpo de mujer y cabeza de gato, simbolizando la dualidad de la naturaleza felina: tierna y protectora, pero también independiente y misteriosa
Los gatos en Egipto gozaban de un estatus privilegiado. Eran protegidos por la ley, y su muerte se consideraba una tragedia. Se realizaban elaborados funerales para ellos, e incluso se les momificaba, al igual que a los humanos, para asegurarles una vida después de la muerte. La veneración por los gatos era tal, que matar a uno, incluso accidentalmente, se castigaba con la muerte.
La fascinante historia del gato y su domesticación se remonta, según se cree, al Antiguo Egipto durante el tercer milenio a.C. Rápidamente, este felino se convirtió en un animal de compañía apreciado por su dulzura, gracia e indolencia. Sin embargo, en sus orígenes, el gato era valorado principalmente por su papel protector.
El Gato: Un Protector Vital en el Antiguo Egipto
Al cazar pequeños roedores, el gato protegía los silos donde los egipcios almacenaban sus cosechas, especialmente el trigo, un recurso vital para este pueblo de agricultores. Además, al cazar ratas, el gato ayudaba a controlar la propagación de enfermedades graves como la peste. Su habilidad para cazar serpientes, sobre todo víboras cornudas, también contribuía a la seguridad de los hogares cercanos a su territorio. De esta forma, el gato se estableció como un pilar fundamental para la prosperidad y la seguridad en el Antiguo Egipto.
La Veneración del Gato: De la Corte a la Deidad
En las cortes de Egipto, el gato era venerado. Esta tendencia a honrar a los animales ya existía en el Antiguo Egipto, si bien antes se centraba en el león. Sin embargo, el león, grande y feroz, pronto fue eclipsado por el gato, que se impuso gracias a su carácter más dócil, aunque aún no estuviera completamente domesticado. Los sacerdotes observaron que, con el paso de las generaciones, el pequeño felino aceptaba cada vez más la presencia del hombre e incluso se dejaba acariciar.
Bastet: La Diosa Gato y Símbolo de la Protección
La primera consagración del gato llegó cuando la diosa Bastet, símbolo de la fecundidad, la belleza, el hogar, la armonía y la protección, fue representada con cabeza de gato. Como diosa, Bastet simbolizaba la luz, el calor y la energía solar. Sus rasgos felinos también la asociaban con el misterio, la noche y la luna. Se creía que Bastet favorecía la fecundidad tanto en humanos como en animales, que tenía poderes curativos y que velaba por las almas de los muertos.
La Protección Legal de los Gatos Sagrados
El estatus sagrado del gato en Egipto se reflejaba en las leyes del faraón, que imponían una rigurosa protección a estos animales. Quien matara a un gato, incluso accidentalmente, se arriesgaba a la pena de muerte. Se cuenta que un dignatario romano que mató a un gato sin querer en la Alejandría del siglo I a.C. fue linchado por la población, a pesar de la intervención del faraón, quien temía represalias por parte de Roma.
El Culto a los Gatos: Funerales y Momificación
Aunque los faraones también consideraban sagradas a las serpientes, las vacas y los peces, el gato era el más venerado de todos. El culto y la preocupación por el bienestar del gato se transmitieron de generación en generación. Los funerales de los gatos se celebraban con todos los honores, y la familia a la que pertenecía el felino guardaba luto y se afeitaba las cejas en señal de duelo. Cuanto más rica era la familia, más importantes eran los funerales y más suntuoso era el sarcófago. Se han encontrado tumbas con ratones embalsamados junto a los gatos, para que pudieran seguir jugando en el más allá.
En 1890, en Tell Basta (antigua Bubastis), se descubrieron más de 300,000 momias de gatos. Se encontraban en pequeños cofres de madera esculpida o rodeadas de esterillas de juncos coloreados y entrelazados. Los cuerpos estaban envueltos en bandas de colores ricos y variados, y tenían la cara cubierta con una máscara funeraria donde se distinguían el hocico, los ojos, las orejas y los bigotes.
La Batalla de Pelusio: Un Testimonio del Respeto por los Gatos
El profundo respeto de los egipcios hacia los gatos quedó patente en el año 525 a.C., durante la batalla de Pelusio. Los persas, liderados por Cambises II, asediaban la ciudad sin éxito. Entonces, Cambises II tuvo la idea de atar gatos a los escudos de sus soldados. Los egipcios, aterrorizados ante la idea de herir a los gatos sagrados, no se atrevieron a contraatacar, lo que provocó la caída de la ciudad en manos persas.
El Declive del Culto a Bastet
El culto a Bastet comenzó a declinar alrededor del 350 a.C. y desapareció por completo en el 390 d.C. por orden de un decreto imperial que prohibía los cultos paganos. Sin embargo, numerosas pinturas murales, como la expuesta en el British Museum de Londres, relatan las diferentes etapas de la vida del gato en la sociedad egipcia. En esta pintura en particular, se puede observar a un gato acompañando a su dueño en una cacería, con dos pájaros inmovilizados y un tercero en la boca.




¿Por qué los egipcios veneraban a los gatos?
Existen varias razones para la adoración felina en Egipto
Control de plagas: Los gatos eran excelentes cazadores de ratones, ratas y serpientes, protegiendo los graneros y los hogares de estas plagas.
Simbolismo religioso: La diosa Bastet representaba la fertilidad, la maternidad y la protección, cualidades que se asociaban con la naturaleza felina.
Misterio y elegancia: La naturaleza independiente, ágil y silenciosa de los gatos les confería un aura de misterio que los hacía parecer seres divinos.
La Expansión del Gato por el Mediterráneo: De Egipto a Grecia y Roma
Cuenta la leyenda que los egipcios, quienes veneraban a los gatos como a dioses, rechazaban las insistentes peticiones de los griegos para comerciar con estos animales. Ante la negativa, los griegos decidieron robar al menos seis parejas de gatos y llevarlas a Grecia. Pocos meses después, nacieron las primeras camadas, y en algunos años, los criadores ya vendían gatos a los romanos, galos y celtas. De esta manera, la especie se extendió gradualmente por todos los países mediterráneos.


La Edad Media: Una Época Oscura para los Gatos
Sin embargo, la suerte de los gatos cambió radicalmente en la Edad Media en Europa. La Iglesia Católica los asoció con la brujería y el paganismo, y fueron perseguidos y exterminados brutalmente. Esta época oscura para los gatos contribuyó a la propagación de enfermedades como la Peste Negra, transmitida por las ratas que proliferaron al disminuir la población felina.




El Renacimiento y la Era Moderna: La Recuperación del Estatus Felino
Afortunadamente, con el Renacimiento, la percepción de los gatos comenzó a cambiar. Se volvieron a apreciar sus habilidades para controlar plagas y, gradualmente, recuperaron su lugar como compañeros apreciados. En los siglos XVII y XVIII, los gatos se convirtieron en mascotas populares en las cortes europeas.En la actualidad, los gatos son una de las mascotas más populares del mundo, junto con los perros. Su naturaleza independiente, su inteligencia, su ternura y su capacidad para brindar compañía los convierten en compañeros ideales para personas de todas las edades y estilos de vida.
En resumen:
La historia del gato es un reflejo de la evolución de la relación entre humanos y animales. De ser considerados dioses a ser perseguidos, y finalmente, a ser amados miembros de la familia, los gatos han recorrido un largo camino. Su capacidad para adaptarse y conquistar nuestros corazones es un testimonio de su resiliencia y de su lugar especial en la historia de la humanidad. Hoy en día, celebramos su compañía y disfrutamos de su misteriosa y encantadora presencia en nuestras vidas.
La Recepción del Gato en la Antigua Grecia: Un Cazador Útil, pero no una Deidad
En la Antigua Grecia, antes de la llegada del gato, la garduña, la mangosta y el hurón se encargaban de la desratización y la protección de las cosechas. Por ello, la acogida del gato fue moderada. Aunque no lo adoraban como los egipcios, los griegos reconocieron su talento como cazador. Además, apreciaron que el gato era más agradable para la convivencia: más bonito, refinado, dócil y limpio que las mangostas y los hurones.
A pesar de sus virtudes, el gato era usado a veces como animal de compañía, aunque los griegos preferían al perro. Principalmente, era considerado un juguete, un regalo caro traído de Egipto para obsequiar a las cortesanas.
La Imagen del Gato en el Arte y la Literatura Griega
Curiosamente, se encuentran representaciones griegas que muestran cierta animosidad hacia los gatos. Un ejemplo es el zócalo de una estatua del 480 a.C., donde se observa a unos griegos azuzando a un perro contra un gato, el cual aparece con las orejas bajas y el lomo erizado. Además, en las fábulas de Esopo no aparece el gato, sino la comadreja, reflejando la preferencia inicial por este animal como cazador de roedores.
El Gato en la Antigua Roma: Un Animal Útil, pero no Sagrado
En la Antigua Roma, el gato tampoco era considerado un animal cercano al hombre. La palabra latina feles se refería a los felinos de pequeño tamaño, especialmente al gato montés. El equivalente al gato doméstico actual, el animal casero que caza ratones, era la mustela, es decir, la comadreja.
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